Cuando más interfiere la fatiga en el ritmo de vida
de la embarazada es al principio y al final de la gestación. Aparte del reposo,
no existen otras soluciones para mitigar esta sensación de cansancio, que por
otro lado es del todo normal. Lo que sí puedes hacer es evitar algunos pequeños
mareos siguiendo unos consejos muy sencillos. Si sufres insomnio en las últimas
semanas, podrás mitigarlo con un poco de relajación antes de acostarte.
Aunque resulte un poco molesto, es normal que te sientas cansada durante los
primeros meses. La vida sigue su ritmo, y no siempre podrás descansar todo lo
que te apetezca. Llevar a cabo tus actividades habituales sin forzarte y
cuidándote un poco más, a veces implica realizar pequeños ajustes, como dormir
todo lo que quieras durante los días de descanso o evitar trasnochar. La
sensación de cansancio irá desapareciendo progresivamente y recuperarás energía
hacia la mitad del embarazo, aunque es posible que la fatiga vuelva a aparecer
en el último trimestre. Si el cansancio te invade hasta el punto de que
cualquier actividad requiere un gran esfuerzo, lo mejor es que consultes a tu
médico.
Muchas embarazadas tienen unas ganas irreprimibles de dejarse caer en los brazos de Morfeo. Debido a los cambios hormonales, tu cuerpo experimentará a menudo esta sensación de fatiga, que desaparecerá hacia el final del primer trimestre.
Es posible que en las últimas semanas sufras insomnio y que te despiertes porque el bebé se mueve más, debido a algún dolor o calambre, o porque tienes ganas de ir al baño. Para mejorar la calidad de tu sueño, puedes probar varias soluciones: dormir sobre una superficie dura, evitar excitantes como el té y el café, cenar ligero para facilitar la digestión, beber una infusión antes de acostarte… Si esto no es suficiente, intenta hacer un poco de relajación. En caso necesario, tu médico podrá prescribirte
algún somnífero suave apto para embarazadas. Durante el permiso por maternidad, las siestas diurnas te permitirán compensar las noches demasiado cortas o agitadas.
Muchas embarazadas tienen unas ganas irreprimibles de dejarse caer en los brazos de Morfeo. Debido a los cambios hormonales, tu cuerpo experimentará a menudo esta sensación de fatiga, que desaparecerá hacia el final del primer trimestre.
Es posible que en las últimas semanas sufras insomnio y que te despiertes porque el bebé se mueve más, debido a algún dolor o calambre, o porque tienes ganas de ir al baño. Para mejorar la calidad de tu sueño, puedes probar varias soluciones: dormir sobre una superficie dura, evitar excitantes como el té y el café, cenar ligero para facilitar la digestión, beber una infusión antes de acostarte… Si esto no es suficiente, intenta hacer un poco de relajación. En caso necesario, tu médico podrá prescribirte
algún somnífero suave apto para embarazadas. Durante el permiso por maternidad, las siestas diurnas te permitirán compensar las noches demasiado cortas o agitadas.
Me siento mal
El término «mareo» abarca distintos estados. La persona que lo sufre puede
sentir que la cabeza le da vueltas, estar indispuesta o llegar a desmayarse,
pero en la mayoría de los casos no es nada grave. Estas son las causas más
frecuentes: Levantarse demasiado rápido Es posible que te marees cuando te
levantes bruscamente. Estos pequeños mareos se deben a una bajada de la tensión
arterial. Puedes reducir su frecuencia si te incorporas siempre lentamente: si
estás acostada, por ejemplo, antes de levantarte debes sentarte.
Falta de azúcar Otros mareos se deben a un descenso del nivel de glucosa en la sangre (hipoglucemia), por ejemplo cuando se está en ayunas. Si éste es tu caso, toma un tentempié a media mañana y otro a media tarde que incluyan frutos secos y fruta fresca. Esta hipoglucemia, que por lo general no tiene mayor trascendencia, en casos excepcionales está relacionada con la diabetes. Consulta a tu médico si estos desmayos se producen con mucha frecuencia.
Posición boca arriba En el último trimestre, es posible que sientas malestar al estar acostada boca arriba, ya que en esta posición el útero comprime la aorta y la vena cava, que lleva la sangre al corazón. Si te acuestas sobre el lado izquierdo, permitirás que la sangre circule más fácilmente.
Una posible anemia Excepcionalmente, los mareos pueden deberse a una anemia (una oxigenación deficiente de los tejidos debido a una carencia de hierro) y se producen al hacer un esfuerzo, cuando se está sofocada o el corazón late más deprisa. Además, se manifiestan en la palidez del rostro y en la fatiga. Si sufres este tipo de mareos, debes acudir al médico lo antes posible.
Falta de azúcar Otros mareos se deben a un descenso del nivel de glucosa en la sangre (hipoglucemia), por ejemplo cuando se está en ayunas. Si éste es tu caso, toma un tentempié a media mañana y otro a media tarde que incluyan frutos secos y fruta fresca. Esta hipoglucemia, que por lo general no tiene mayor trascendencia, en casos excepcionales está relacionada con la diabetes. Consulta a tu médico si estos desmayos se producen con mucha frecuencia.
Posición boca arriba En el último trimestre, es posible que sientas malestar al estar acostada boca arriba, ya que en esta posición el útero comprime la aorta y la vena cava, que lleva la sangre al corazón. Si te acuestas sobre el lado izquierdo, permitirás que la sangre circule más fácilmente.
Una posible anemia Excepcionalmente, los mareos pueden deberse a una anemia (una oxigenación deficiente de los tejidos debido a una carencia de hierro) y se producen al hacer un esfuerzo, cuando se está sofocada o el corazón late más deprisa. Además, se manifiestan en la palidez del rostro y en la fatiga. Si sufres este tipo de mareos, debes acudir al médico lo antes posible.
Dolores de cabeza
La fatiga puede favorecer los dolores de cabeza. Al principio del embarazo,
estos dolores se deben sobre todo a variaciones en la presión arterial, al igual
que algunos mareos. Si no logras aliviarlos con un poco de calma y aire fresco,
prueba con paracetamol, pero sobre todo no tomes aspirina. En cualquier caso,
sólo debes recurrir a esta solución de forma excepcional. Consulta a tu médico
si sufres estos dolores con frecuencia.
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